A diferencia de sus primos (gatos) y ancestros (lobos), los perros no son carnívoros exclusivos. La compañía del ser humano durante milenios les ha permitido adaptar su organismo a una dieta alimenticia más variada.
A la hora de ofrecer fruta a nuestro fiel amigo, hay que observar dos reglas de oro.
1) Las frutas se pueden ofrecer como un premio ocasional, pero no sustituyen la alimentación normal de la mascota. No se debe abusar de la cantidad, ya que esto podría traer diversos trastornos al animal, desde intestinales hasta obesidad y diabetes (en estos últimos casos, debido al alto contenido de fructosa –azúcar– de muchas de las frutas). ¿Cuánto es mucho? Eso depende, sobre todo, del tamaño de tu perro. Por lo general alcanza con el criterio de considerar una porción equivalente a un postre. En todo caso, que no supere el 10 % de la alimentación diaria.
2) Por norma, las semillas de los carozos deben evitarse a toda costa, debido a su contenido de amigdalina (un precursor del cianuro), que el animal es incapaz de procesar.
En medidas apropiadas, las frutas no solo son una rica golosina para el pichicho, sino un buen complemento de su dieta balanceada, ya que pueden aportar componentes como antioxidantes, vitaminas, minerales y fibra, además de ser un refresco muy apreciado durante los calurosos días del verano.
Frutas aptas para tu perro
- Manzana. Suele ser la fruta preferida de los perros. Rica en vitaminas, hay que quitar las semillas (y, preferentemente, también la cáscara).
- Pera. Otra fruta favorita, contiene vitaminas y antioxidantes, y un alto porcentaje de agua. No debe ingerir las semillas.
- Melón y sandía. Son un buen refresco en el verano, por su alto contenido de agua. El melón tiene más azúcares, así que se debe moderar las porciones. Hay que quitar la cáscara y semillas.
- Banana. Posee vitaminas, potasio y azúcar. No es tan sencilla de digerir, de modo que hay que ofrecerla ocasionalmente.
- Frutos rojos. Arándanos, moras, frutillas, frambuesas. Son ricos en vitaminas y antioxidantes, pero se debe dar en pocas cantidades. En cuanto a la cereza, hay que tener cuidado con el carozo (y tallo y hojas), que tiene amigdalina.
- Mango y papaya. Si estamos en plan despilfarro, podemos ofrecer frutas más exóticas, como estas, ricas en fibra y vitaminas. Como siempre, hay que asegurarse de quitar la piel y las semillas (papaya) y el carozo (mango).
- Durazno y damasco. Apartando el carozo, son buenas opciones para nuestro amigo peludo.
- Kiwi. Es suficiente un par de rodajas, sin la piel, y para muchos perros es un manjar.
- Ananá. Aporta vitaminas y minerales, moderando su consumo por su alto contenido de azúcar. Quitar la cáscara.
- Hortalizas. No son frutas, pero para los perros pueden tener el mismo valor de golosina: zanahoria, batata (hervida, mejor que papa), brócoli, calabaza, pepino…
Recomendaciones y cuidados para el consumo de frutas
El hecho de que estas frutas puedan ser ingeridas por el can no significa que deban comerlas, ni que necesariamente les guste. Lo que puede ser una delicia para un animal puede resultar desagradable para otro, y eso es perfectamente normal. Entre los perros también vale el dicho de que “sobre gustos no hay nada escrito”.
Si queremos que nuestra mascota se habitúe a comer fruta podemos empezar a acostumbrarlo desde pequeño o, si ya es adulto, mezclarla con su comida habitual.
Recordemos que algunos alimentos están prohibidos para perros y gatos . Entre las frutas que es preferible evitar se encuentran: palta y uvas. Los cítricos, como la naranja, o las ciruelas, poseen altos contenidos de azúcar, y además pueden provocan acidez, así que se les debería dar solo ocasionalmente (siempre quitando la cáscara y semillas). Por otra parte, en general no son un tipo de fruta atrayente para los perros.
Por supuesto, siempre conviene consultar con el veterinario para saber si el animal tiene alguna característica o condición por las cuales no sea conveniente ofrecerle cierto tipo de fruta.
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