Las fiestas de Navidad y Año Nuevo son una temporada del año en que la rutina cambia radicalmente: todo se revoluciona y acelera, y eso no siempre es bueno para nosotros. Mucho menos para nuestras mascotas, que no pueden saber a qué se debe semejante ruptura de la costumbre. A las mascotas les cuesta adaptarse a los cambios, de manera que debemos tomar algunas medidas y precauciones para evitar disgustos, justamente en estas épocas de festejo y alegría.
En otra nota ya dejamos 5 recomendaciones para aliviar las perturbaciones que ocasionan los fuegos artificiales en nuestras mascotas. Aquí nos toca hablar de otros aspectos de la temporada navideña que, si no estamos atentos, pueden traer algún problema para nuestros pichichos y mininos.
5 tips para que nuestra mascota la pase bien en fin de año
- Alimentos
La comida y la gente abundan durante las fiestas, y es más fácil que las personas le ofrezcan algo de comida como “regalito”. Hay que estar atentos para no atiborrar al animal, cosa de no provocar una indigestión en el animal. Por otra parte, muchos de nuestros alimentos preferidos en las fiestas son un verdadero peligro para perros y gatos. Los huesos –de pollo o de carne roja– están fuera de discusión; el pan y la piel del pollo también. Los chocolates están totalmente prohibidos. Las fiestas se caracterizan por el desorden, así que se debe estar alertas a no dejar alimentos al alcance de las mascotas.
- Ansiedad
La reunión en sí propicia la ansiedad. La llegada de numerosas personas (para peor, muchas de ellas extrañas), el ruido (música fuerte, conversaciones a los gritos, petardos y fuegos artificiales), el movimiento continuo… La incomodidad del perro se evidencia en ladridos, salivación, giros descontrolados en el lugar… El gato intentará esconderse. Si hay una habitación más tranquila, llevarlos allí, con sus juguetes, bol de agua y colchón. Conviene hacer la mudanza temporaria al menos un día antes, para que se aclimate. En casos extremos, se puede solicitar medicación al veterinario.
- Invitados
En relación con la ansiedad, no solo hay que evitar que el animal, en su excitación, salte encima de las personas (especialmente de los más chicos y los más grandes), sino también que los invitados se comporten de manera adecuada con el perro o gato. Conviene moderar las expresiones vigorosas de afecto, como sacudones de cabeza y caricias fuertes del cuerpo, especialmente si son extraños. Es importante recordar a los invitados que la mascota puede sentir ansiedad y que un comportamiento excesivamente afectuoso podría acrecentarla.
- Adornos…
Si la mascota encuentra irresistible el árbol navideño, con el consiguiente riesgo de voltearlo, una buena idea es poner algo de repelente alrededor del arbolito para evitar que se acerquen demasiado.
Tener cuidado con cosas pequeñas que estén a su alcance, como adornos navideños o envoltorios varios, que podrían dañar su estómago de ser ingeridos. Vigilar cables que puedan hacerlos tropezar o que puedan provocar una descarga.
En el caso de una posible intoxicación, hay que ver si tiene síntomas como vómitos, diarrea, temblores, convulsiones, salivación excesiva, si se comporta de forma extraña o está de ánimo caído; en esos casos hay que llevarlo al veterinario.
- Entradas
La entrada de la casa es, también una vía de salida. Revisar que estén adecuadamente cerradas. Debido al estado de ansiedad, las fiestas son las fechas en que más se escapan las mascotas.
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