Ariscos, traicioneros, vengativos, egoístas, indiferentes, antisociales… Quien piensa así de los gatos, seguramente nunca tuvo uno. Los mininos tienen su propia personalidad y saben manifestar su cariño de mil maneras, de ronronear amigablemente a enroscarse en nuestras piernas, y de recostarse en el teclado de nuestra computadora a lamernos como si fuéramos una de sus crías.
De modo que, si le dijeras a un gato que es arisco, probablemente se sorprendería. ¿Por qué, entonces, todavía persiste ese mito del gato huraño y distante?
Eso es lo que vamos a explorar en esta nota.
Evolución solitaria de los gatos
Los gatos tienen ciertas características de comportamiento que vienen impresas en su mapa genético. Los felinos en general son animales solitarios, que no necesitan de una manada para sobrevivir (una excepción importante a la regla es el león). Los gatos domésticos heredaron esta conducta de sus ancestros salvajes, y en buena medida la mantienen hasta el día de hoy. Además, estudios recientes más profundos han revelado que otras especies de felinos también tienen un vínculo jerárquico entre los individuos de un grupo, algo que aplica particularmente en el caso del gato doméstico.
Domesticación reciente
Por otra parte, hay que tener en cuenta que los gatos han sido domesticados “solo” hace unos 10.000 años. Parece mucho, pero hay que tener en cuenta que se estima que el perro fue domesticado 40.000 años atrás. Nuestros pequeños felinos conservan comportamientos salvajes en mayor medida que los perros. Los perros descienden de los lobos, animales habituados a vivir en manada, con un jefe claro; en el caso del perro, ese jefe ha pasado a ser una persona. En el caso de los gatos las cosas son más difusas: en un momento del día el gato puede sentirse amo y señor de su entorno, mientras que en otra hora puede sentir que su humano es el jefe.
Estudios de conducta reveladores
Los mininos son solitarios, pero eso no significa que sean antisociales. Cierto, son reservados y pueden mantenerse distantes de sus compañeros humanos, pero el hecho de que no manifiesten su afecto de la misma manera que las personas (o los perros, para el caso), no significa que no creen lazos amorosos con sus dueños.
La Dra. Kristyn Vitale, de la Universidad del Estado de Oregon (EE. UU.), es una investigadora en conducta animal, especializada en comportamiento gatuno. En diversos experimentos con gatos llevados adelante desde 2019 realizó interesantes hallazgos.
En uno de esos estudios demostró que los gatos crean mejores lazos sociales con las personas que manifiestan interés en interactuar con ellos. Como conclusión, se reveló que el nivel de apego de los gatos es similar al de un bebé humano o un perro.
Otro experimento de la misma investigadora reveló que la mitad de los gatos evaluados preferían la compañía humana antes que un juguete o comida.
Confusión de señales gatunas
El mito del gato arisco sigue presente porque medimos las muestras de afecto (y de desagrado) según nuestras experiencias con otros seres humanos o con nuestra principal mascota: el perro. La realidad es que, en comparación con el perro (e incluso con las personas), la manera de expresar emociones del gato es muy diferente, más sutil podríamos decir. Puede que simplemente busque permanecer cerca de nosotros, en el mismo ambiente, y que eso sea suficiente para él.
Tomemos el tema de las caricias, por ejemplo. Aunque no es su principal forma de manifestar cariño, a los gatos les gustan las caricias, pero hay que tener en cuenta que su piel es mucho más sensible que la humana, por lo cual no son muy afectos a las caricias fuertes o masajes vigorosos, como sí podría ocurrir con nuestro perro. Por otra parte, no suele ser del agrado del felino que le acaricien el vientre. Es la zona más vulnerable del animal, y buscará protegerla de cualquier “ataque”. Si tu gatito se deja acariciar allí, ¡felicitaciones!, significa que te tiene la suficiente confianza como para permitírtelo.
¿La curiosidad mató al gato?
El mismo error de concepto sobre la personalidad gatuna se aplica a la curiosidad. Nada más lejano de la realidad que el dicho “la curiosidad mató al gato”. Como son animales territoriales, necesitan hacer sus rondas exploratorias para controlar su entorno, por lo cual también gustan de treparse a lugares elevados que les den una mejor perspectiva del lugar que los rodea.
Precisamente porque son animales territoriales, esto los puede llevar a ser desconfiados en ocasiones, lo que a su dueño humano le puede parecer una actitud “traicionera”.
Lo importante es recordar que, más allá de estas condiciones que vienen con la especie, cada gato tiene su propio carácter individual, que dependerá de su conformación genética y de las experiencias que haya tenido en su etapa formativa, en los primeros años de vida.
Si tenés dificultades con tu minino, no dudes en hacer una visita a tu veterinario, para que descarte que la causa sea alguna enfermedad, o para que te aconseje sobre como tratarlo para que mejore vicios de comportamiento.
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