Quien nunca haya hablado con su mascota que tire la primera piedra. ¿No sería fantástico si realmente pudiéramos dialogar con nuestros amigos peludos en un verdadero ida y vuelta?
Hace poco alcanzó notoriedad una aplicación para el celular (MeowTalk) que promete traducir maullidos de tu gato. No es la única, y existen otras que aseguran traducir los ladridos y vocalizaciones de perros. Más aún, hay apps que traducen un idioma humano a maullidos o ladridos, para que la mascota nos entienda mejor a nosotros.
¿Hay un argumento científico para estas aplicaciones, o se trata de un mero entretenimiento que simula un diálogo que, en realidad, es imposible?
¿Tienen un lenguaje las mascotas?
Las vocalizaciones animales se pueden categorizar de manera amplia y general (esto es lo que hace MeowTalk), pero no son realmente un lenguaje, porque no existe un sonido definido y particular para referirse a un significado específico. Factores tanto genéticos como del medioambiente afectan el desarrollo de las vocalizaciones felinas. En pocas palabras, un gato tiene muchas maneras de decir en maullidos “estoy contento” o “estoy enojado”. Más aún, no son los maullidos (o ladridos) la única forma (ni siquiera la principal) de expresar sus estados de ánimo o sus emociones .
MeowTalk toma en cuenta estas limitaciones y por eso categoriza los diferentes maullidos en 11 “intenciones” (caza, dolor, descanso, enojo, contento…). La app asegura que se pueden mejorar los resultados con el “feedback” del usuario, lo que, a la larga, resulta en resultados personalizados, ajustados individualmente a nuestra mascota.
Traducir maullidos de gatos es posible
Más allá de la continua mejora en los algoritmos de este tipo de aplicaciones, no hay estudios científicos rigurosos que validen este tipo de aplicaciones. Además del complemento del lenguaje corporal, la falta de contexto hace difícil una interpretación de los maullidos.
El concepto, sin embargo, es atractivo y no una completa fantasía.
Es cierto que, no importa cuánto avance la tecnología, no llegaremos a contar con un collar traductor para perros como el de la película Up: una aventura de altura, que traducía los pensamientos caninos con todo detalle: el cerebro y el lenguaje animal no funcionan como los de los seres humanos. Pero es de esperar que, en un futuro no muy lejano, podamos contar con aplicaciones que expresen de manera satisfactoria lo que quiere decirnos nuestro gato con sus maullidos.
Tal vez la proliferación de las aplicaciones de traductores de mascotas solo sea, por el momento, un entretenimiento y poco más. En todo caso, nos han permitido tomar conciencia de que la comunicación de nuestras mascotas es más compleja de lo que creíamos.
Mientras aguardamos la llegada de un traductor de animales más eficiente, nuestra relación con las mascotas debe garantizar su salud y bienestar. Por eso, es vital que cuentes con un seguro de salud para nuestros amigos peludos.
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