Parte del encanto de los gatos es su andar misterioso, su mirada enigmática, su distancia digna. Claro que esto viene con un precio: muchas veces no sabemos qué pasa por la cabeza del minino. ¿Está contento, está amargado, me quiere…?
Los aficionados del equipo “perro” se apuran en señalar que el gato es poco demostrativo, o que, directamente, no tiene interés en sus dueños. Los amantes del equipo “gato” saben que no se trata de que los mininos sean apáticos. Simplemente expresan su cariño –al igual que otras emociones y sentimientos– de forma diferente a como lo hace un perro.
Como fuere, puede resultar difícil decodificar el estado de ánimo de un felino. Sin embargo, con un poco de atención, seremos capaces de captar la sutileza de sus mensajes, lo que nos permitirá tener una mejor relación con nuestro bigotudo, lo cual, en última instancia, redundará en el bienestar de nuestra mascota.
La cola del gato es clave
¿Creías que la cola del gato era apenas un adorno que, como mucho, le ayuda a mantener el equilibrio? Grave error. Para conocer el estado de ánimo de una persona observamos su expresión facial, pero en el caso de los gatos, es mucho más efectivo fijarnos qué hace con la cola, ya que es una de sus principales herramientas para comunicar sus emociones.
La idea general es que solo la mueven cuando están enojados, pero en realidad es un lenguaje complejo, que manifiesta múltiples estados de ánimo. A partir de la posición, velocidad y tipo de movimiento de la cola podemos aprender muchas cosas sobre lo que nos quieren decir.
Por supuesto, es importante ver el contexto general, ya que el resto del lenguaje corporal (vocalizaciones, posición de las orejas, dilatación de las pupilas) nos permitirá una interpretación más precisa. Por último, hay que tener en cuenta que en algunas razas no siempre aplican estas consideraciones generales. Por ejemplo, los gatos persas suelen andar de forma natural con la cola en una posición baja, algo que usualmente es señal de desconfianza.
Cinco emociones que el gato revela con la cola
- Parada. Cuando el michifuz se acerca con la cola parada en línea recta significa que está contento, de buen ánimo, contento de vernos. Si curva la punta en forma de signo de interrogación, mejor todavía. Quiere decir que está alegre y con ganas de jugar. A veces la postura se acompaña de un ligero temblor, como parte de su estado de ánimo positivo. Pero ¡ojo!, el gato realiza el mismo temblor cuando se dispone a dejar su marca territorial con orina, así que hay que prestar atención, sobre todo si lo hace cerca de una pared o superficie vertical.
- Agitada. Cuando el gato sacude la cola como un látigo, incluso con el resto del cuerpo en reposo, es señal de algo lo molesta o irrita. A veces solo agita la punta de la cola, lo cual tiene el mismo significado, aunque con menor intensidad. Las razones del enojo pueden ser varias, incluso un exceso de caricias.
- Hinchada. Esta es la más fácil de interpretar. La cola se eriza, al tiempo que el gato arquea el lomo (postura que, justamente, se conoce como “gato enojado”). El animal enfrenta un peligro o amenaza serio (que por lo general es otro gato) y se dispone para la lucha. El pelo erizado y la columna arqueada dan mayor volumen al felino, lo cual otorga una ventaja “psicológica” ante un inminente combate.
- Costado. Cuando el minino mueve la cola de un lado a otro, quiere decir que está concentrado en algo. Con frecuencia lo hace cuando está a punto de abalanzarse sobre una presa, ya sea un pajarito, un juguete o tu pie.
- Baja. La cola hacia abajo o arrastrada, o incluso entre las piernas, no suele ser una buena señal. Puede indicar un estado agresivo, de temor o susto, o algún malestar físico. Lo mismo cabe para la cola enrollada alrededor del cuerpo. Si bien pueden hacer esto último para sentirse más abrigaditos y cómodos, también puede ser una manifestación de ansiedad, alerta y preocupación.
Entender las señales que muestra el gato con su cola, o con otras partes de su cuerpo, favorece una mejor comunicación con nuestro amigo, lo cual redunda en un mayor bienestar de la mascota. En caso de duda, lo mejor es realizar una consulta con el veterinario.
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