Existen pocas expresiones de afecto tan gratificantes como un abrazo. Por eso, cuando rebosa el cariño por nuestra mascota, la llenamos de abrazos. En Estados Unidos, que tienen un día para todo, el 10 de abril es el “Día Nacional de Abrazar a tu Perro”. Sin embargo, lo que es natural para nosotros puede no serlo para nuestro amigo peludo. Los especialistas en conducta animal no recomiendan los abrazos al mejor amigo del hombre. ¿Por qué? Seguí leyendo y entérate.
Qué es un abrazo
Un abrazo se define como estrechar entre los brazos, o ceñir con los brazos. Entre humanos, normalmente un abrazo es mutuo. El perro no tiene esa capacidad, entonces para él el gesto no se diferencia mucho de una sujeción del cuerpo del animal, dejándolo incapacitado e indefenso. Los perros sienten algo parecido a como si a nosotros nos agarraran por la espalda en una toma de lucha libre. Se sienten inmovilizados, vulnerables, incapaces de huir o ponerse a salvo. El perro, afirman los científicos, es un animal “cursorial”, es decir, adaptado a correr, y el abrazo impide la posibilidad de huida.
El abrazo es una de las razones por las que un perro puede morder, y desconociendo su incomodidad, creemos estar ante un perro “con problemas de conducta”.
Cada perro es un mundo
En la relación con nuestro “perrhijo”, suele ocurrir que lo humanizamos y volcamos en él actitudes que le son extrañas. Un abrazo a nuestra mascota nos da placer y puede calmarnos y reducir el estrés, pero al perro puede ocurrirle exactamente lo contrario.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta que los perros son diferentes, y su carácter se irá desarrollando a partir de la educación, la socialización y su historia de vida. Es posible que tengamos un animal que adora los abrazos, como muchos perros de tamaño pequeño, que se han acostumbrado a estar en brazos, mochilas o espacios reducidos.
Lo importante es saber que el abrazo no es algo natural para el animal y, por lo tanto, le resultará difícil decodificarlo adecuadamente si no es adiestrado en ese sentido. Como norma general, sin embargo, vale la recomendación de no abrazar, especialmente si son extraños o niños los que intentan rodear al peludo con sus brazos. Incluso en el caso de que se trate de nuestra mascota, es probable que no esté disfrutando nuestros abrazos, sino que únicamente se habituó a tolerarlos y no muestra señales visibles de incomodidad porque somos sus “tutores”. Como expresión de cariño, al perro le resultarán de forma natural más agradables caricias, palmadas, felicitaciones verbales y, por supuesto, la ocasional golosina.
Signos de malestar ante el abrazo
El perro no puede dar abrazos, por lo cual esa conducta extraña no tiene sentido para él, y no puede interpretarla como una señal de afecto. Al menos, no en principio. Con educación y refuerzo positivo casi todo es posible. Sin embargo, hay que saber leer los signos que nos envía la mascota. Algunas señales de que el perro está sintiendo estrés son las siguientes:
- Rigidez
- Desviar la cabeza
- “Ojo de ballena” (cuando se ve el blanco del ojo)
- Bostezo
- Cola entre las piernas
- Orejas aplanadas
- Levantar una pata delantera
- Lamerse la nariz
Ante cualquier duda sobre el comportamiento de tu mascota, lo mejor es consultar al veterinario.
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