El estómago invertido es una condición de riesgo para nuestra mascota que, si no es atendida a la brevedad, puede desembocar en la muerte. Conocido también como torsión gástrica o, más técnicamente, como síndrome de dilatación vólvulo-gástrico (DVG), ocurre cuando el animal ingiere rápidamente comida en exceso, lo que hace que el estómago se llene de gases, se expanda y termine por retorcerse, girando sobre su eje.
La hinchazón e inversión del estómago presionan los órganos cercanos y “ahorcan” tanto las vías de pasaje del estómago (impidiendo que vomite o que el alimento pase al intestino), como las arterias y venas que fluyen por el estómago, obstaculizando el flujo sanguíneo.
Razas en riesgo de estómago invertido
Cualquier perro puede sufrir este problema que afecta el bienestar de nuestra mascota, pero algunas razas tienen mayor predisposición a padecerlo. Quienes están en mayor riesgo son las razas grandes de pecho profundo. Las cinco principales son:
- Gran danés
- San bernardo
- Setter irlandés
- Setter escocés
- Weimaraner
De hecho, se estima que el gran danés tiene casi un 40 % de probabilidades de sufrir de estómago invertido alguna vez en su vida.
Otras razas con riesgo alto son: pastor alemán, pastor belga, bóxer, boyero de Berna, dóberman, caniche y perro salchicha.
La torsión gástrica es más frecuente en perros de raza que en mixtos, y la edad también influye, ya que normalmente aparece en perros de mediana edad.
Síntomas de estómago invertido
Los síntomas son poco específicos, así que se debe estar atento y, ante la menor duda, consultar al veterinario. Hay que prestar atención si el animal presenta:
- Abdomen hinchado
- Dolor en el abdomen
- Intento de vomitar sin que salga nada
- Ansiedad, nerviosismo
- Babeo excesivo, respiración agitada
Factores de riesgo y prevención
Determinadas acciones pueden desencadenar un episodio de estómago invertido, de forma que hay que estar alertas para prevenirlas con conductas que las contrarresten. Entre los principales factores de riesgo se cuentan:
- Comer en exceso y demasiado rápido
- Beber mucha agua en poco tiempo
- Hacer ejercicio inmediatamente antes o después de comer
- Tener el plato de comida elevado
- Estrés
Un episodio de torsión gástrica es una situación de urgencia para la mascota, que requiere una cirugía para devolver el estómago a su posición normal. Durante la cirugía se suele realizar una “gastropexia”, que es como pegar el estómago a la pared abdominal para que no vuelva a ocurrir el evento. Incluso algunos veterinarios recomiendan hacerlo de forma preventiva para las razas en riesgo (idealmente al momento de la cirugía de castración).
Para prevenir el estómago invertido conviene seguir las siguientes recomendaciones:
- Comer porciones menores más veces por día (al menos tres veces)
- No dejar que beba mucha agua de una vez
- No poner el bol de comida en un lugar elevado
- Evitar que juegue o corra 1 hora antes o después de comer
- Disminuir la ansiedad y excitación antes de las comidas
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